El pastor y sus iglesias.
Ana Pastor de siempre me ha parecido una entrevistadora lamentable, no porque no haga las preguntas adecuadas, sino por su sistema de acoso y derribo que parece más un interrogatorio que una entrevista. Querer que se te conteste con un sí o un no a determinadas cuestiones, es como pedir peras al olmo, los matices son tan importantes en la política como en la vida misma. Por consiguiente nunca suelo ver su programa, entreviste a quien entreviste, ya que sus modos me parece que hacen un flaco favor a su labor periodística. Un periodista debe tener inflexibilidad en sus preguntas, pero mucha mano izquierda en sus intervenciones y modos, es un servicio público pero no un agente de la KGB.
En cuanto al señor Pablo Iglesias (del que no soy fan) tiene un problema como político, le gusta dar demasiadas explicaciones, ejemplos o no contestar a lo que no sabe con certeza. Eso que la gente dice que es positivo, para un político español es terrible, ya que en este país no se perdonan las medias tintas. Queda muy bonito decir que eso hay que estudiarlo, que se debe consultar con los asesores y que todo es tan relativo como lleno de matices. Pero en un país de mentalidad caciquil como es España, lo que realmente atrae es el consabido "por mis cojones, yo soy el que tiene la razón y el de enfrente es un radical de mierda!", para muestra lo sucedido con Suarez, Anguita o Zapatero (hombres dialogantes donde los haya) que han sido despreciados hasta la saciedad, valorados tarde y mal por su talante. En España no se se aprecia al conversador o tertuliano moderado que no alza la voz, sino a las marujas de medio pelo que tensan la cuerda hasta la exasperación (véase tertulias varias en la TV).
¿Que si Podemos es bolivariano o que nos va a llevar a la ruina?, ¿Que si vamos a ser una dictadura castrista?... Yo no soy adivino y dudo que ninguno de los que hacen esos vaticinios lo sean, ¿o si?.
Cuando Felipe Gonzalez ganó, España iba a ser de los Soviets. Cuando lo hizo Aznar, volvería el franquismo. Con Zapatero, sería el regreso del rojerio republicano. Con Rajoy, el catolicismo neoliberal. Y aquí seguimos...
"Solo el ignorante puede ver al que piensa distinto como un radical, en vez de verlo como alguien que tiene algo distinto que aportar."